Botox, resolvemos todas tus dudas

Antes de someternos a una sesión de Botox nos entran una serie de dudas que pueden, incluso, evitar que acabemos dando el paso. ¿Nos dará el botulismo? ¿Nos quedaremos con un párpado bajado durante meses? ¿nos dejarán como a Nicole Kidman en sus momentos más paralizados? ¿migrará a otras áreas causando una parálisis en todo el rostro? Estás quizá son las preguntas más aterradoras que se nos vienen a la cabeza, pero tranquila, nada que ver.

Lo principal, es ponerse en las manos adecuadas, es decir en las manos de un doctor acreditado y del que ya tengamos buenas referencias. Piensa que este tratamiento lleva en el mercado unos 20 años y en todos ellos jamás ha ocurrido nada grave, es completamente seguro, pero, repito, siempre que vayamos a un médico cualificado para ello.

Cuando oímos la palabra botox lo primero que se nos viene a la cabeza es la palabra toxina, asociada siempre a algo muy malo en el campo de la salud. Lo que has de tener en cuenta, es que la cantidad que te inyectan es tan mínima que lo hace una técnica completamente segura. Lo peor que podría ocurrir, poniéndonos en el peor de los casos y siempre que se realice sin la técnica adecuada o con poca experiencia, es caída de la ceja o del  párpado, cejas en spok (tipo Jack Nicholson o Zapatero), cefaleas, hematoma, estos efectos son pasajeros y en pocos días remiten espontáneamente.

Si ya eres asidua al botox, pero notas que sus efectos no duran nada, ojo porque puede que el doctor esté diluyendo demasiado la dosis y no te ponga la cantidad adecuada. Lo normal, es que el botox dure de 3 a 6 meses, menos tiempo puede responder a insuficiente dosis o a que el medicamento ha perdido potencia por permanecer mucho tiempo abierto (debe usarse 24 horas tras su reconstitución). Por tanto, duda de precios excesivamente bajos.

Aunque se ha discutido mucho sobre la duración del fármaco a largo plazo, la mayoría de médicos coinciden en que inyectándolo cada 4- 6 meses tiene un papel «educador» sobre la musculatura facial. Pacientes que tenían un entrecejo o patas de gallo muy marcadas en su juventud, después de varios tratamientos notan que no pueden contraer como antes.

Otra de tus dudas puede ser: ¿y si el botox no me hace efecto a mi? No se ha constatado ningún caso de resistencia al botox, sino que siempre ha sido cuestión de dosis, es decir, que aumentando la dosis se responde al tratamiento. Cuando se utiliza en dosis muy superiores a la estética como en oftalmología o neurología, sí se ha descrito la aparición de anticuerpos neutralizantes, y por consiguiente, resistencia al botox, pero no en el caso de sus aplicaciones en estética.

Si, por otro lado, crees que puede cambiarte la expresión poniéndolo, piensa que ésta algo se modificará, pero siempre para mejor. Ten en cuenta, que si tienes el ceño fruncido al poner botox la musculatura de esa zona se va a relajar, por lo que tu expresión va a ser más serena y rejuvenecida. Por otro lado, si lo que pretendes es que la arruga desaparezca no lo hará, para ello tendrás que recurrir al ácido hialurónico. Esta sustancia tiene la finalidad de dar volumen allí donde falte y suele durar de 6 a 12 meses.

Si otro de los motivos que te frenan a ponerte botox es por si te impide después realizar tus funciones diarias, estás muy equivocada. Una vez te lo inyecten, que suele tardar unos 15 minutos, podrás retomar tu vida con normalidad, nadie lo notará. Lo único que debes tener en cuenta, es que no debes tumbarte ni hacer ejercicio en las 4 horas siguientes a la aplicación. También te recomiendo que no masajees la zona durante las 12 horas siguientes, así que deja las cremas para el día siguiente.

El botox comenzará a hacer efecto a partir de las 48 horas y hasta los 15 días siguientes, para después poco a poco ser absorbido, desapareciendo entre los 3 a 6 meses de la primera aplicación. En muchas ocasiones puede ser necesario que te realicen un retoque a los 15 días, por lo que tendrás que seguir el mismo protocolo.