Hilos tensores, nuevo lifting sin cirugia

Hilos tensores, nuevo lifting sin cirugia

Una de las cuestiones más perseguidas por los médicos estéticos de todo el mundo, es rejuvenecer la piel sin pasar por el quirófano, sin tener que someternos a una intervención que requiera el uso de anestesia general y sin post operatorios largos y molestos. En los últimos diez años los avances en este campo son indiscutibles. Ya podemos moldear la nariz sin necesidad de hacer una rinoplastia, incluso estirar la piel en menos de media hora, completamente conscientes y sin molestia alguna ni marcas. Llega el boom de los llamados hilos tensores, que tanto se empieza a oír por todos lados.

Cómo funcionan

Estos hilos mágicos, consiguen un efecto más suave que un lifting quirúrgido, pero más natural. El procedimiento consiste en la colocación de unos hilos intradérmicos que van desde la zona anterior de la oreja hasta el surco nasogeniano y hasta el lateral del mentón. De este modo, consiguen recolocar el pómulo en su posición original, tensando y reafirmando el óvalo facial. Se pueden colocar en forma de abanico o en forma de red.

Este tratamiento es heredero de los antiguos hilos de oro de los años ochenta, que dieron problemas de alergia. Su versión de última generación, una versión modificada de los hilos tensores que son más finos, vienen ya cargados en una aguja y, aunque no consiguen tensar tanto, a cambio tienen la ventaja de no precisar de anestesia, por lo que son menos invasivos.

La duración del tratamiento oscila entre 30-45 minutos. Posteriormente el paciente puede volver a su vida normal. El retensado facial con hilos subcutáneos se realiza en una sola sesión. Se puede ver el efecto definitivo a las tres semanas, mejorando continuamente y alcanzando la plenitud a los 3 meses.

Resultados

Los ensayos clínicos realizados han demostrado que los resultados permanecen durante un mínimo de dos años, y son totalmente naturales. Esta opción intermedia no necesariamente reemplaza a una cirugía, ahora mínimamente invasiva, pero por su acción preventiva en el avance de la flacidez y por su acción de anclaje, puede retrasarla en años.

Efectos adversos

A la hora de someterse a este procedimiento, es necesario que el paciente no se haya sometido a infiltraciones con ácido hialurónico y hay que tener claro que tampoco se podrán realizar sesiones de radiofrecuencia tras el tratamiento, ni, lógicamente, usar ácido hialurónico. Por tanto, antes de echarle ojo a estos hilos hay que sopesar estos contras.

El porqué de su no conveniencia con el ácido hialurónico, se debe a que el hilo tiene afinidad por el agua, igual que el ácido hialurónico reticulado. Si se colocan los hilos donde ya hay ácido hialurónico, éstos compiten con el ácido por el agua, y el resultado será que el ácido hialurónico pueda endurecerse produciendo una reacción inflamatoria. En el caso de la radiofrecuencia no se debe combinar porque ésta provoca una más rápida descomposición de los hilos, ya que son sensibles al calor, y al desestructurarse se rompe la fibrosis que han creado.

En cuanto a sus efectos secundarios, tan solo se contemplan mínimos como edema, enrojecimiento o algún hematoma, que desaparecen al poco tiempo. Esto facilita que los pacientes puedan incorporarse inmediatamente a su actividad habitual. Cabe señalar, que se trata de un producto de origen japonés, su inventora es la Dra. Gail Humble, y el hecho de estar ideados a partir de los hilos utilizados como material de sutura en cirugía general desde hace muchos años, permitió contrastar su seguridad y ausencia de contraindicaciones.

En cuanto al precio del tratamiento, varia mucho de unas clínicas a otras, aunque oscila entorno a los 300-400 euros.