Los trucos de belleza de Miranda Kerr

Los trucos de belleza de Miranda Kerr

La australiana Miranda Kerr es una de las modelos más cotizadas del mundo. Su esbelta figura, su cara angelical, de niña buena, pero con un toque pícaro, le han bastado para llegar a lo más alto en el mundo de la moda. A sus recién cumplidos 31 años, a la ex de Orlando Bloom le siguen lloviendo los contratos publicitarios.

Recientemente la vimos en una campaña para HYM y también para Mango. Y, aunque la modelo asegura no reconocerse en las campañas de publicidad, su éxito parece más que justificado. Miranda siempre luce un cabello perfecto y una piel luminosa y preciosa. Suponemos, que no sólo será de echarse Nivea, y que la australiana recurrirá a inyecciones de mesoterapia y botox, aunque siempre hay trucos que estas diosas de la belleza se guardan bajo la manga para que nosotros tomemos buena nota de ellos.

En una reciente entrevista, el ángel de Victoria’s Secret ha revelado alguno de sus trucos de belleza que no pasan precisamente por ser caros: Un bálsamo labial, una cuchara y aceite de rosa mosqueta

Por la mañana, tres pasos esenciales: limpiar, tonificar e hidratar, junto con alguna mascarilla purificante y, por la noche, «unas gotas de aceite de rosa mosqueta y me despierto resplandeciente.» El extracto de este arbusto de la familia de las rosáceas posee propiedades rejuvenecedoras gracias a su alto contenido en ácidos grasos esenciales que permiten la regeneración de la piel y sus derivados, ya sean cremas, aceites o lociones.

En el mismo contexto low cost, Miranda nos regala algunos consejos caseros. El primero consiste en aplicar un poco de vaselina o cacao en el contorno de los ojos para iluminar el rostro y el segundo, emplear una cuchara como rizador de pestañas cuando no disponemos de uno a mano.

En cuanto a la alimentación, la modelo asegura evitar los lácteos y el azúcar. No bebe refrescos y tampoco zumos de frutas, prefiere un licuado vegetal. «En el fondo, son cosas sencillas, como hidratarse bien», afirma la top.