Aunque con la llegada del buen tiempo es cierto que la gran mayoría de las personas solemos tener menos apetito, quien sufra de ansiedad con total seguridad que no podrá controlar ciertos episodios de comer cuando no debe y, lo peor, lo que no debe. En esto de los atracones compulsivos, lo mejor es respirar profundamente y evadirse escuchando música relajante, hacer deporte o salir un rato a pasear. También hay ciertos trucos que nos pueden ayudar a controlarlos. Toma nota:
Come en platos de color azul
¿Te has preguntado por qué la mayoría de los restaurantes de comida rápida tienen sus logos y continentes de sus menús colores como el rojo, amarillo y naranja? Pues porque los tonos cálidos estimulan el apetito. Por el contrario, los fríos (azul o verde) calman el hambre. Ya lo sabes, renueva tu vajilla y opta por estos colores.
Toma cafeína con moderación
Además de ser un potente estimulante, la cafeína es un supresor del hambre que, además, te ayuda a utilizar tus calorías como recurso para que tu cuerpo se mueva a diario. Si no sufres de hiper tensión y no tienes problemas para dormir, un café al día o una coca cola o pepsi sin azucar pueden ser tus aliados perfectos contra el hambre.
Apúntate a la fibra
Consumir más fibra cada día ayuda a reducir los niveles de apetito, además de reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes o la obesidad. Además, los alimentos integrales tardan más en digerirse, por lo que tardarás más tiempo en tener hambre.
Empieza tus comidas con sopa
Este truco ya quizá mejor para el invierno, pero la sopa ligerita te ayuda a reducir el apetito para el segundo plato, ya que engaña a tu estómago ofreciendo sensación de saciedad.
Bebe agua en vasos pequeños
Es cierto eso de que beber agua quita el hambre, seguro que lo habrás comprobado. Pero si te da pereza, nada mejor que hacerlo en vasitos pequeños a lo largo del día. ¿Que hay que tomar dos litros de agua al día? Pues llegarás a los 2,5 sin enterarte con este pequeño truco.
Como en platos pequeños
Engaña a la vista creando sensación de saciedad comiendo en platos pequeños. Así, al verlo más lleno, pensarás que has comido más. Comer en platos grandes con poca cantidad, por el contrario, te hará quedarte con hambre tras cada comida
Añade más proteínas a tu dieta
Intenta que al menos un 30% de tus comidas sean proteínas. Los estudios han revelado que éstas ayudan a reducir el apetito, y más si las consumimos a primera hora de la mañana.
Duerme las horas que necesitas
La falta de sueño engorda. No dormir te ayuda a generar una hormona llamada ghrelina que te hace querer comer más. Si, por el contrario, duermes tus 8 horas, los niveles de ghrelina se reducen y crecen los de leptina, que contribuyen a quemar más grasa y reducir el apetito.
La comida picante llena más
Añadir un toque picante a tu comida puede hacer que comas menos. De hecho, un estudio revela que se consumen hasta 200 kcal menos por comida si ésta es picante. Además, según el British Journal of Nutrition dos cucharaditas de cayena molida distribuidas entre las comidas también reducen el apetito.
Come con tenedor grande
Suma a comer en platos azules y pequeños el hecho de comer con un tenedor grande. Según un estudio del Journal of Consumer Research, comer con un tenedor de gran tamaño puede llevarte a comer menos cantidad. Hasta un 10% en cada comida nada menos. El motivo está en que tenemos que hacer un mayor esfuerzo para sujetarlo y pinchar los alimentos por lo que al final terminamos por dejar más en el plato.
Corta la comida en pequeños trozos
Con este truco aumentas la sensación de saciedad, mucho más que con trozos de gran tamaño.
