Cuando una crema arrasa literalmente en algún país suelo hacerme una pregunta: ¿Se deberá a una buena campaña de marketing o realmente será la verdadera pócima de la eterna juventud? La última vez que me hice esta pregunta fue cuando me enteré del boom mediático que estaba teniendo Serum 7 de los laboratorios Boots en el Reino Unido.
En cuestión de semanas la gama se agotaba en el país y sus promesas comenzaban a resonar en el resto de Europa. Miles de mujeres británicas tenían en su poder alguno de estos productos y aseguraban estar encantadas con ellos. Serum 7 aterrizaba por fin en España a finales del pasado año. Por aquél entonces era raro no entrar a una farmacia sin que la farmacéutica te hablara de la firma o sin ver un cartel colgado con el logotipo de la marca adornando algún rincón del establecimiento. Era cuestión de tiempo que España se rindiera ante los laboratorios Boots.
Pero, ¿qué se esconde realmente detrás de todo esto?, ¿Serum 7 es marketing o realidad?
En su formulación no hay nada nuevo, y realmente lo único que hace que muchas mujeres se «enganchen» a este producto son cuatro tipo de siliconas que integra, que lo único que provocan es un aspecto en la piel más agradable a la hora de aplicar el producto, algo así como un efecto flash, que, lógicamente, no aporta ningún beneficio adicional más a nuestra piel.
La aparición de antioxidantes son mínimos y lo único a destacar es la aparición en la fórmula de retinyl palmitate y pequeños trazos de vitamina C y un par de péptidos.
Conociendo esto, sólo me queda decir que no hay nada revolucionario en Serum 7, nada que nos haga ir corriendo a la farmacia a comprar urgentemente alguno de los productos de la gama, y por supuesto estos componentes y otros más potentes están presentes en otras cremas que no han pasado precisamente a la historia por ser las más vendidas de un país.