Paralizar o congelar, he ahí la cuestión

Hace unos meses os hablamos de Frotox, una alternativa al Botox, que usa el frío para congelar el nervio. Parece que no hemos tenido que esperar mucho para verlo en nuestro país, de hecho ya hay varias clínicas que están empezando a incorporarlo en sus técnicas de belleza. Se trata de una buena noticia para aquellos a las que no les guste el efecto de la toxina en su cara.

Básicamente, mientras que con el Botox paralizamos el músculo, con esta técnica se inmoviliza el músculo con la aplicación de frío sobre el nervio. Al igual que con el Botox, el doctor comienza haciendo un diagnostico para determinar que arrugas son las que se quieren tratar. Después, se realizan inyecciones temporales de frío, durante un minuto, bloqueando el músculo. Se inyecta, concretamente nitrógeno líquido a una temperatura  menor de 41 grados. La duración del tratamiento varía entre los 3 y los 4 meses.

Según cuentan quienes lo han probado, los resultados son más naturales que los del Botox, aunque habrá que ver si realmente es tan efectivo. En mi opinión, poniéndose en manos expertas, el Botox no tiene porque notarse y quedar anti natural. Hay que decir, que lo recomiendan para aquellas personas que aún no presentan muchas arrugas, como una especie de iniciación.

El precio está en torno a los 450 euros.