A menudo olvidamos que el cuello es uno de las zonas que antes acusa el paso del tiempo. Además, suele ser nuestro eterno olvidado, al que no solemos prestar la atención que merece, no tenemos en cuenta todo el peso que soporta diariamente, al igual que lo hacen nuestros pies. Por eso, ya está bien, es hora de que te centres en él y que le dediques unos días a la semana.
Exfoliación y cuidado molecular
Al igual que el cuerpo y la cara, es importante que uses una exfoliante en el cuello. Puedes hacerlo un par de veces a la semana y puedes usar la misma que usas para la cara. Después, aunque esto deberías hacerlo diariamente, es aconsejable, casi obligatorio, usar una crema hidratante. Si quieres una específica para la zona puedes recurrir a Xpert Raffermissant de la marca Singuladerm, basada en la cosmética molecular.
Ésta investiga cómo son los procesos moleculares que hay detrás del envejecimiento y cómo actuar frente a ellos. Como si se tratase de un fármaco, se diseñan pequeñas moléculas capaces de actuar en receptores celulares que estimulan los procesos que por el paso del tiempo se han ralentizado o ya no funciona de manera eficiente.
Concretamente, esta crema, Xpert Raffermissant, es un tratamiento integral que ayuda a reforzar el sostén natural de la piel combatiendo el descolgamiento y la formación de arrugas causadas por la degeneración de los tejidos. Su fórmula contiene Serilesine, hexapéptido de potente acción reafirmante y redensificante, y Trylagen, una combinación de péptidos y proteínas que proporciona un tratamiento efectivo para restablecer los niveles de colágeno y elastina de las pieles maduras.
El envase de 50 ml cuesta 33,95 euros y se vende en farmacias.
Radiofrecuencia, el mejor tratamiento para esta zona
Si hay un tratamiento realmente efectivo para mejorar la flacidez del cuello es la radiofrecuencia. Esta técnica estimula la producción y regeneración de nuevo colágeno que perdemos con el paso del tiempo. El resultado es una piel con apariencia más fresca, revitalizada, con mayor tersura y disminución de los signos de flacidez.
Sintetizando, por efecto térmico de la radiofrecuencia profunda y controlada se produce un calentamiento de la dermis entre 60 y 70 grados centígrados que produce 2 efectos fundamentales: Efecto lifting de la cara inmediato a los diez minutos de iniciarse la sesión y moldeado de la cara en los sucesivos días hasta 6 meses después por estimulación del fibroblasto, con la formación de nuevas fibras de colágeno y remodelación del tejido.
Es recomendable realizar una sesión cada 15 días o cada mes, dependiendo del estado del cuello, hasta un total de 6 a 8 sesiones.
Botox combinado con hilos tensores y presume de un cuello 10
El cuello es uno de los sitios ideales para la aplicación de Botox. En una sencilla sesión pueden desaparecer las arrugas y líneas (bandas) del cuello. Pero si además tenemos flacidez, entonces se deben aplicar los hilos de suspensión (Hilos Rusos). En sólo unos minutos se estira la piel flácida y se logra un efecto muy natural, rápido, y duradero.
Vitaminas y ácido hialurónico, otra alternativa
Para mejorar el aspecto general del cuello y escote se puede recurrir a las vitaminas, aminoácidos y ácido hialurónico. Se trata de un cocktel combinado que se aplica en forma de mesoterapia. Donde mejor se aprecia esta técnica es en la cara, ya que aporta mayor luminosidad y un aspecto de piel descansada. En el cuello viene muy bien, sobre todo como método de prevención, pero si el problema es mayor, mejor recurrir a los hilos rusos y botox. El escote también lo mejora, aunque serán necesarias un mínimo de 4 ó 5 sesiones para ver resultados. Esta técnica se puede combinar con radiofrecuencía, sobre todo en mujeres a partir de los 40 años, donde el paso del tiempo se empieza a notar en la zona.