
Relacionar un producto de belleza con Hannibal Lecter de El Silencio de los Corderos (1991), el niño de El Orfanato (2007) o con Elena Anaya en La piel que habito (2011) puede resultar un poco extraño. Lo cierto, es que las nuevas mascarillas de celulosa e hidrogel, originarias de la cosmética coreana, protagonizan los ‘selfies’ más terroríficos de las celebrities.
No sólo es una mascarilla mucho más llamativa, lo realmente positivo es que parece que funcionan. Los activos que se suelen utilizar son más potentes. Además, si se aplican correctamente después de preparar bien la piel consiguen unos efectos increíbles, explican los expertos. Lo mejor de ellas es que se colocan y después el producto no se retira, sino que se aprovecha al máximo: los restos que quedan en el rostro se masajean hasta su completa absorción lo que garantiza que el paciente se beneficia al máximo del producto.
Aunque su origen suele situarse en Asia, y más concretamente en Corea, la primera vez que se supo de ellas fue por las mascarillas de Factor de Crecimiento Epidérmico (FCE) que se utilizaban en los centros de quemado. Después se han adaptado a los centros de estética con grandes resultados. Sea como fuere, su expansión en Estados Unidos y Europa es un hecho.
Si quieres probarlas, y ya de paso hacerte un aterrador selfie, aquí tienes algunas opciones.
Seis mascarillas coreanas de celulosa y dos de hidrogel, de The Skin Lounge (32,50 €).
Pack de 3 mascarillas anti-aging, de Comodynes (9 €).
Una mascarilla Syn-ake Lifting Gel Mask efecto lifting de Skin79. Devuelve la salud y la elasticidad a la piel cansada que pierde firmeza (3,90 euros)
Mascarillas Maskream hidratante, matificante y anti-aging, de Isdin (7,9 €/ unidad).