El invierno no tiene que ser un problema para nuestra piel si la cuidamos. La sequedad que causa el cambio de temperatura (pasar del frio de la calle a lugares con calefacción), el viento frio golpeando nuestro rostro o la sensibilidad que se aumenta por el cambio de estación, son problemas menores si usamos tratamientos específicos.
Lo importante es elegir cremas que conserven los niveles del manto hidrolipídico a raya. Este es el principal problema de las pieles sensibles, cualquier cambio de temperatura, cualquier día de frio, provoca que los niveles se desajusten, originando sequedad, tirantez y las temidas arrugas a la larga.
Es por ello, que a las pieles sensibles se las llama también pieles frágiles. Suelen ser muy bonitas, pero si se cuidan bien. Hay lineas farmacéuticas muy buenas que tienen en su gama cremas para proteger nuestra piel sensible en el invierno. Ducray o La Roche son algunas de ellas, también Avene. Aunque cualquiera de ellas contienen una más específica con alta cantidad de lípidos, os recomiendo Nutritic de La Roche Posay.
Transforma los cuatro signos de la piel sensible y seca, ya que cuenta con una asociación exclusiva de una fórmula ultra-nutriente con un complejo de 11 BIOLÍPIDOS y una textura ultra-fina gracias a un tensio activo único: el Ceralución. El fabricante promete mayor confort, más alisamiento de la superficie y una solución a la descamación cutánea.
Yo ya tengo mi botecito y me lo suelo aplicar por las mañanas. Realmente deja una sensación muy agradable en la piel del rostro, aunque me gusta combinarla con alguna crema más untuosa.