Menos siempre es más. Después de varias temporadas de nail art llega la anti manicura. En efecto, las uñas han pasado de ser una parte del cuerpo más que se podía vestir y complementar hasta el infinito y más allá, a convertirse en un elemento discreto y poco destacable de cada look. Esta primavera lo que se lleva es potenciar el minimalismo en forma de tonos naturales, nude e incluso un simple brillo saludable que maquille mínimamente la uña. La naturalidad gana terreno llenando las manicuras de versatilidad: el mismo tono porcelana apenas apreciable sirve para ir a trabajar y para un vestido de fiesta.
Eso sí, la anti manicura no significa llevar las uñas descuidadas. Las manos se llevan suaves e hidratadas, al igual que las cutículas. El largo hay que cuidarlo para que esté uniforme, siguiendo la forma natural del nacimiento de la uña. Y, aunque sea un color claro e imperceptible, la superficie estará cuidadosamente lacada y brillante.
Siempre podemos conseguirlo con el esmalte rosado pálido en el tono Oh So Rose, de Bourjois (9,80€).
Nos encanta el porcelana Beige Milk de esta firma de esmaltes sin tóxicos (16€).
Su nombre es Powder my nose y es un nude porcelana ultrabrillante.
Ballerina es el rosa más delicado de Chanel (23,90€).
Se llama Lightness of Being y es el nuevo nude porcelana de una de las colecciones de la temporada de MAC (14,50€).
Hasta 10 días de brillo y duración en el tono Satin Pink de Astor (8,30€).