
En los últimos años el Botox ha ganado mucha aceptación. Ya no sólo es cosa de celebrities, las mortales de a pie pueden sucumbir a sus encantos sin dejarse el bolsillo en el intento. Ahora bien, sigue habiendo a su alrededor una gran cantidad de mitos y mentiras que nos gustaría hoy ponerles fin de una vez. Empezamos hablado de qué exactamente el botox.
Se trata de una toxina producida por el clostridium botulinum, de tipo A. Si bien está considerada como un potente veneno, sus formas diluidas tienen diversas aplicaciones médicas y cosméticas. La toxina botulínica se aprobó en España para su uso cosmético en 2004 y cuenta con el beneplácito de agencias como la FDA (Administración norteamericana de alimentos y medicamentos) o la Agencia Europea del Medicamento. El nombre botox hace referencia a una de las primeras marcas comerciales que registraron el uso de esta toxina, pero encontramos otras muchas.
¿Cómo actúa?
Al inyectarla produce una relajación temporal de los músculos estriados, es decir, de los músculos voluntarios. Este efecto nos permite paralizar temporalmente la musculatura dinámica en la zona donde inyectamos. ¿El resultado? Las arrugas desaparecen.
¿Duele?
La inyección de la toxina botulínica hay que hacerla con aguja, con lo cual molesta un poco, pero es totalmente soportable. Además, para las personas más sensibles, se puede usar una crema anestésica media hora antes de realizar las inyecciones y, justo antes de pinchar, aplicar hielo para insensibilizar la zona.
¿Cómo evitar resultados poco naturales?
Al inyectar la toxina, hay que hacerlo en los lugares precisos y con unas unidades determinadas siempre estudiando previamente a la paciente para que las dosis inyectadas sean las correctas en cada caso. Es muy importante antes del tratamiento hacer fotos a las arrugas del paciente, tanto en reposo como en movimiento, para luego poder comparar y tener un resultado satisfactorio.
¿Cuánto duran sus efectos?
Tras inyectar el botox los primeros efectos aparecen al tercer o cuarto día. El efecto máximo comienza el décimo día y se va a mantener entre cuatro y seis meses.
¿Tiene efectos adversos?
Uno de los efectos podrían ser pequeños hematomas en la zona en la que pinchemos. Otro efecto indeseable sería una asimetría de la cara, por eso es muy importante diagnosticar correctamente a la paciente y saber en qué zonas hay que pinchar y el número de unidades que hay que poner.
¿Qué precauciones hay que tener?
Es muy importante mantener la cabeza erguida las 4 horas posteriores a la inyección del botox. Podemos estar de pie, sentados o caminando pero siempre con la cabeza recta. Durante estas cuatro horas no se puede inclinar la cabeza, ni ladearla ni tumbarse. El día de hacer la inyección, no se puede hacer ningún ejercicio físico vigoroso. Los cinco días posteriores al tratamiento, no se puede tomar aspirina (para no provocar hematomas) ni entrar en saunas o zonas de mucho calor.
¿Qué zonas pueden tratarse con botox?
Actualmente, en España está aprobado el uso cosmético de la toxina botulínica en el tercio superior de la cara para el tratamiento de las arrugas de expresión de la zona del músculo frontal, entrecejo y patas de gallo.
¿Tiene otras aplicaciones al margen de las estéticas?
En estética también se usa la toxina botulínica para mejorar la hipersudoración en axilas, manos y pies. Fuera de la estética se usa para el tratamiento del estrabismo, el bruxismo, las cefaleas y las contracturas musculares.