Aunque no te lo hayas planteado nunca, la manera en la que aplicas la crema corporal influye mucho a la hora de mejorar su eficacia. Si quieres aprender a sacarle el máximo partido, haz caso de los siguientes consejos, de este modo conseguirás que tu piel aproveche mejor todos los beneficios del tratamiento que escojas.
- Es una buena idea hacerse un peeling corporal una vez a la semana o cada dos semanas, para ayudar a que los activos de estos cosméticos penetren en las capas más profundas.
- Conviene aplicar el producto sólo en la zona de tratamiento necesaria, realizando un ligero masaje circular hasta su completa absorción.
- Es recomendable aplicar correctamente el producto de 1 a 2 veces al día (teniendo en cuenta las indicaciones). La constancia será nuestro mejor aliado.
- No es necesario aplicar crema hidratante en las zonas de tratamiento, ya que las cremas anticelulíticas, reductoras,… ya disponen de activos hidratantes. La crema hidratante la aplicaremos en el resto del cuerpo.
- Si vas a usar protección solar, es preferible aplicar la crema reductora o anticelulítica como mínimo una hora antes de usar el protector solar, para que los activos puedan penetrar bien y llegar a las capas más profundas.
- Una vez te hayas aplicado el producto, no olvides lavarte las manos.
- No te asustes si después de aplicar el anticelulítico o el reductor sientes frío, calor o se te enrojece un poco la zona tratada (en caso de ser de efecto frío o calor). Este efecto se debe a la acción de las sustancias específicas presentes, y desaparece al pasar unos minutos. De hecho, realizan una función de “gimnasia pasiva” para activar los capilares y conseguir así eliminar la celulitis o la grasa localizada.
- No aclares el producto después de su aplicación. Tienes que dejar que penetre en la piel haciendo su efecto.
- Sé paciente al esperar a que los resultados sean visibles, ya que no son instantáneos.