En muchas cabinas de estética nos venden la mesoterapia virtual como si fuera exactamente igual que la tradicional, que consiste en infiltrar sustancias en la piel para darle un mejor aspecto a la misma, ya sea mediante la aplicación de vitaminas, silicio orgánico, aminoácidos, ácido hialurónico… Lo cierto, es que nada que ver.
Se supone, que la mesoterapia virtual vende conseguir lo mismo, es decir una mejor calidad de la piel del rostro, aunque sin infiltrar nada, lo que la hace muy atractiva para las miedosas a las agujas. La mesoterapia virtual está basada en la capacidad de difusión de principios activos a través de la piel, modulada por una corriente electromagnética de muy baja intensidad. Esta corriente altera transitoriamente la permeabilidad de la piel y los principios activos pueden entonces penetrar parcialmente. Lo cierto, es que no hay ninguna garantía de que funcione.
Todo lo contrario ocurre con la mesoterapia tradicional. El hecho de que a través de micro agujas se coloquen los medicamentos en la superficie de la piel, en forma intradérmica, permite que lleguen a nuestra piel todos aquellos principios que necesitamos para aumentar la calidad de la misma. Veremos una mayor hidratación, luminosidad y tendremos la garantía de ir poco a poco aportándole a nuestra piel todo lo que necesita para retrasar el envejecimiento el mayor tiempo posible.
Algunos expertos coinciden, en que las vitaminas no necesariamente actúan retrasando el envejecimiento de la piel, lo verdaderamente importante es inyectar ácido hialurónico, que es el que verdaderamente nos va a aportar hidratación a la piel, llegando a donde ni siquiera podría llegar jamás el serum.
Si te notas la piel deshidratada, opaca y ves que empiezan a aparecer en tu rostro las primeras arrugas, no te lo pienses y ponte en manos de un doctor para un par de sesiones de mesoterapia, aunque siempre tradicional, no virtual.